Distribuido en dos niveles, el  principal desafío de este antiguo granero fue superar la altura entre plantas sin comprometer el área social. Cada uno de los 55 metros cuadrados ha sido meticulosamente considerado para organizar el espacio de manera óptima.

En la planta inferior, se revela la armoniosa integración del salón, comedor y cocina, donde la cuidadosa selección de una paleta de materiales naturales contribuye a forjar un ambiente cohesionado. La planta superior destaca por la prominencia del dormitorio con baño en suite, donde la arquitectura se fusiona de manera magistral con diversos volúmenes, aportando una dimensión única al conjunto del espacio.